A lo largo de estos años de viajes he llegado a una conclusión, mi rostro es de todas partes, o quizás lo sea mi espíritu y eso a veces confunda… Esta es mi historia.
Barcelona -en un ascensor- tenía 18 años. Alguien me preguntó si era cubana, ante mi cara de sorpresa le respondí que no, que era de “aquí”, de toda la vida. Aquel hombre no pareció muy convencido pero al notar mi escasez en cuanto a acento y, supongo, gracia cubana, no dijo más.
En esa época aun no había surcado los mares, y mis experiencias aéreas se limitaban a un rápido vuelo ida y vuelta a la cercana isla de Mallorca. No le di más importancia, incluso me hizo cierta gracia que me confundieran con un rostro de un lugar tan lejano, al fin y al cabo los cubanos y nosotros somos casi primos. Lo que no sabía era que ese día era el inicio de todo.
Hagamos un Flash Forward en el tiempo, hasta 2013; con alguna que otra experiencia más en la mochila no es hasta que estoy en Nepal que recuerdo la historia de mi identidad cubana… Vuelve a aparecer esa misteriosa confusión de rasgos, y no una ni dos veces, la pregunta sobre mi apariencia se convierte en una constante durante este viaje. Me paran y me preguntan, directamente en Nepalí, al no poder responder se dan cuenta de que la respuesta que no he podido pronunciar, es “no”. Los propios Nepalíes piensan que formo parte de su comunidad, creen que soy hija de Nepal casada con un europeo.
Al principio mi mente sólo concibe que se trata de una especie de intento de adulación para que les compre en su tienda, pero al cabo de los días entiendo que es demasiada casualidad. Aun hoy sigo sin comprender qué veían en mis rasgos que les pudiera hacer pensar que mi origen era Nepalí. Y esa duda siguió visitándome de vez en cuando, la inquietud me asaltaba a veces y no me dejaba conciliar el sueño. Cuanto más lo pensaba, más extraño me parecía. ¿Por qué? ¿por qué mis rasgos parecían adaptarse a otros tan distintos?
Sigamos recopilando más datos inquietantes, Indonesia, concretamente visitando el templo de Uluwatu. En este caso ya estamos realizando nuestro mayor viaje hasta la fecha, durante el año que estuvimos viajando en 2014. Sin ton ni son, alguien me para y me pregunta “¿de donde eres? ¿India?” Vale… llevaba el pelo bastante largo y moreno pero, una vez más, no doy crédito. Ya llevo 3 nacionalidades distintas… y las dos últimas bastante dispares a los rasgos europeos, empiezo a pensar que parezco de todas partes menos de donde soy realmente, ¿es posible?
Durante ese mismo viaje pasamos por numerosos países, y siempre lo mismo, en Malasia en un taxi el conductor me preguntó si era Iraní… y en Irán la gente se me acercaba y me hablaba directamente en farsi. En este punto empiezo a plantearme si no tendré ancestros del continente asiático, aunque todo empezó siendo cubana…
Hasta la fecha tengo en mi haber un puñado de nacionalidades, también me han llegado a decir que tengo una cara muy “española”, concretamente de cordobesa, así que ya no sé qué pensar… Con lo que finalmente he decidido dejar de darle vueltas a este misterio, aunque no deja de parecerme curioso. Aceptaré que soy de todas partes, que de hecho me parece una estupenda definición para una viajera. El día que me confundan con una japonesa empezaré a preocuparme de verdad…
Cuéntame, ¿te ha pasado a ti también? ¡A ver si entre todos podemos llegar a alguna conclusión!
Soy uno de los fundadores de este Blog, también amante de los viajes y la fotografía. ¿Mi destino favorito? Japón. En mis posts te cuento todo sobre los lugares que más me apasionan.