Praga es de esas ciudades que albergan mucha historia entre sus murallas. Visitar Praga es, como sucede en muchas otras antiguas ciudades europeas, como atravesar un portal en el tiempo. De repente te encuentras caminando sobre un mosaico de piedras que encajan perfectamente las unas con las otras, con mercados medievales y plazas que aun conservan esa esencia a pasado que tanto nos gusta encontrar a los amantes de la historia y los viajes.
¿Por qué visitar la República Checa?: 5 motivos
Aunque no faltan razones para visitar Praga, nosotros vamos a intentar recopilar los 5 mejores motivos para viajar a Praga que recordamos de nuestro viaje a Praga en 3 días en 2013. No sólo vamos a hablaros de los monumentos de Praga sino también de su patrimonio gastronómico y cultural.
Cuando nosotros fuimos a la ciudad no sabíamos qué esperar y lo cierto es que pudimos explorar casi todos los sitios turísticos de Praga. Para aquellos que os preguntáis qué hay en Praga, seguid leyendo este post.
La ubicación: el corazón de Europa
Praga es la capital de la República Checa, un país de la Europa Central que limita con Alemania, Austria, Eslovaquia y Polonia. Es el corazón de Europa dado que su ubicación está en el mismo centro del pequeño continente. Por eso es un lugar ideal también para establecerlo como base en un viaje más amplio por el centro de Europa.
Monumentos y museos
Muchos dicen que Praga es un museo en sí misma, aunque tampoco le faltan museos que visitar, estos son algunos de los museos en Praga:
Museo Nacional
Este es el mayor museo de Praga y el más famoso sin duda alguna. Empezando con su edificio, de estilo renacentista, que recuerda a otros grandes museos como el de Historia Natural de Londres o incluso el de Nueva York. El interior también es similar, y para nosotros es uno de los museos más recomendables que visitar en Praga.
Museo del Comunismo
Por todos es sabido el pasado comunista de este país, en este museo podrás encontrar detalles de la historia de la República Checa del siglo XX muy interesantes de los acontecimientos durante ese convulso período en el país y todo lo que conlleva con el régimen comunista.
Museo Mucha
Quizás no sea conocido por todos, pero el artista Alfons Mucha, uno de los máximos exponentes del Art Noveau, tiene este museo dedicado a él. Muy interesante para todos los amantes del arte.
Museo de torturas medievales
Poca presentación es necesaria para hablaros de este museo. Praga es una ciudad con mucho encanto medieval y con un pasado repleto de historias y leyendas, así que este museo es ideal para todos aquellos que les gusta este oscuro pasado de Europa.
Museo Judío de Praga
La ciudad de Praga fue un bastión de la resistencia judía en la época más dura de la historia de este pueblo. Su barrio judío es uno de los mejor conservados de Europa, y Franz Kafka uno de los judíos de Praga más conocido, merece la pena adentrarse en el barrio judío y recorrer este museo repartido entre las Seis Sinagogas.
Pero no todo lo que ver en Praga versa acerca de los museos, también podemos encontrar todos estos monumentos de Praga, que para nosotros son imprescindibles:
Puente de Carlos
Este es el icono por excelencia de Praga. El puente de Carlos se alza majestuoso sobre el río Moldava, sus 30 estatuas te vigilan mientras paseas por aquí desde la parte antigua de la ciudad con el barrio de Mala Strana. Durante el día, parece una calle más, abarrotada de artistas y vendedores de souvenirs, te aconsejamos que te acerques por la noche para poder contemplar esta obra arquitectónica con más calma y sin gente. Es un lugar que te cautivará con las luces nocturnas y te inspirará seguro muchas leyendas de la ciudad.
Torre de la pólvora
Esta torre nos da acceso a la ciudad vieja de Praga, es una torre gótica donde se guardaba la pólvora en la edad media para abastecer a los soldados de los posibles ataques a la ciudad. Esta es una de las más de cien torres que tiene Praga, algo por lo que es mundialmente conocida, la ciudad de las cien torres la llaman.
Castillo de Praga
Este es uno de los mayores atractivos de Praga, se considera la mayor fortaleza medieval no sólo de Europa sino del mundo. Está ubicado en una colina y su presencia es constante en tu visita a la ciudad de Praga. Cuando llegues allí, no sólo encontrarás la fortaleza sino todo el entresijo de calles que conlleva pasear por aquí, como el callejón del oro por ejemplo.
Catedral de San Vito
Otro de los monumentos de Praga que encontramos en el interior del complejo del castillo de Praga. Esta impresionante catedral de edificación gótica fue construida a lo largo de 6 siglos, el interior merece la pena.
El fabuloso Reloj Astronómico
Junto con el Puente de Carlos, el reloj astronómico es el segundo icono de Praga. Se trata de un reloj de la época medieval y su ubicación en pleno centro histórico de Praga le granjea que muchos visitantes se paren a contemplarlo y que se sorprendan cuando, a la hora en punto, aparecen unas pequeñas marionetas a realizar un espectáculo para todos los que las observan.
La comida checa
Si tienes suerte encontrarás un mercado medieval en la Plaza de la ciudad vieja, donde podrás probar algunas de las delicias más tradicionales que comer en Praga, como el jamón asado, además de cocinarlo de la manera más artesana, acompañado del pan casero es una experiencia de otro mundo probar ese plato rodeado de un ambiente tan medieval.
Otro de los platos más típicos de Praga, y de la República Checa, es el Goulash. Su ingrediente principal es la ternera y está guisada con muchas especias, un plato bastante contundente. Hay que tener presente que la carne es uno de los ingredientes favoritos en la comida tradicional checa y hay muchos platos guisados, también son especialmente ricas las sopas.
En definitiva, no te quedarás con hambre si vas a comer a un restaurante de comida checa, te recomendamos que para cenar te pases por los puestos que hay en el centro de la ciudad, y pruebes todo tipo de frankfurts con una gran variedad de salsas.
La cerveza
Pivo es lo primero que tienes que aprender en checo si eres amante de la cerveza. Praga y la República Checa tienen una gran tradición cervecera debido a que se encuentra en la región de Bohemia, donde se produce una de las mejores cervezas, y además a buen precio. Fueron los monjes benedictinos de Breznova de la región los primeros que empezaron a producir esta bebida, que hoy en día para muchos es la bebida de los dioses.
El U Fleku es la taberna donde ir a beber una cerveza es imprescindible si visitamos Praga. Lo más característico del lugar es su reloj en la entrada que ve pasar a los 1.200 huéspedes que pueden caber en sus salones, que también son llamados academias.
Uno de los mejores lugares donde probar la cerveza checa es Novomestsky Pivovar, ya que está ubicada en el barrio Nove Mesto, concretamente en una casa centenaria. De producción escasa, unos 3.000 litros a la semana, se trata de una cerveza artesana que sirve a su restaurante exclusivamente.
Podemos visitar también el Beer Museum de Praga, donde se explica la historia de la cerveza checa, se incluye una degustación de cuatro cervezas en un pub de la época comunista ni más ni menos.
Si queréis ver Praga, os enseñamos un poco de la la magia de Praga